sábado, 26 de marzo de 2011

FRATELLI D´ITALIA AL VOLANTE

Entre España e Italia existen enormes diferencias. Mucha gente me pregunta si prefiero Roma o Madrid; la verdad es que no lo se... cuando estoy en Roma me siento en casa, y cuando voy a Madrid, la sensación es la misma. Sin embargo no puedo negar que Italia tiene demasiados problemas. Mientras los españoles se enfrentan a una crisis sin precedentes, los italianos vivimos una crisis constante. Es la forma que tiene este país de no perder su identidad caótica. Cuando uno llega al aeropuerto de Fiumicino empieza a ver las diferencias. Aterriza el avión y si hay mucha suerte se despliega el finger. Si el avión ha "aparacado" en otro sitio, al autobús. Lo primero que se oye al llegar a Roma son los gritos constantes de las personas que trabajan en el aeropuerto y si se te ocurre preguntar alguna cosa, la respuesta puede ser muy amarga. No pretendo generalizar, soy italiana y mi país me encanta, pero algunos cambios no vendrían mal. Creo que los españoles pueden aprender de los italianos y viceversa. Está claro que la educación es diferente. Ponerse al volante en Roma es una prueba de ello; conducir en la capital supone que solo haya dos opciones: esquivar los hoyos y los baches y por lo tanto atropellar a un motorista, o bien comprarse una moto y temer un fin desgraciado. Las rayas en el suelo que delimitan los carriles no sirven para nada. De hecho, donde hay dos carriles, la gente inventa un tercero y la distancia entre coche y coche se vuelve ínfima. El semáforo en rojo es simbólico... y las lineas continuas que prohiben hacer una inversión se respetan igual que en los videojuegos, es decir cero. La posibilidad de tener un accidente es real y palpable. El año pasado murieron al volante 2444 personas, pero las causas no se parecen a las españolas. Son pocas las personas que pierden la vida porque la tasa de alcohol supera el limite establecido. Sin embargo en España el exceso de alcohol en sangre en los conductores es uno de los problemas más graves de la sociedad. Los controles de alcoholemia prácticamente no existen en Italia. (http://www.ultimissimeauto.com/nel-2010-meno-morti-e-meno-incidenti-o-solo-meno-traffico/) Este link explica las causas de muerte de los conductores.
Cuando le pregunto a un turista si le gusta Italia lo primero que me dice es: "Si, ¿pero tu has visto como conducen?". No me extraña. Pero la pregunta real es: ¿Porqué conducen así? ¿Acaso están más estresados que los españoles? ¿Tienen más prisa?
Creo que un español que coge el coche en Roma colapsa la ciudad. No porque no sepa conducir, sino porque respeta las normas. ¿Porqué los baches son del tamaño del agujero por donde cayó Alicia en el país de las maravillas? Son preguntas que no tienen una respuesta clara. Pero los italianos creemos que Italia es así. Que este país no debe cambiar porque sino perdería su encanto, su magia. Es mágico cambiar los amortiguadores cada seis meses... tiene su encanto. El gran raccordo anulare: la única autopista que rodea Roma. Yo no sabía que era circular hasta que después de una hora regresé al sitio por donde había entrado, porque para entender el significado de los carteles hace falta un master en física. La verdad es que toda la rabia se pasa cuando se da un paseo por esta maravillosa ciudad, ¡pero andando!

2 comentarios:

  1. Acabo de ver la Piazza Navona a oscuras (por lo del agagón solidario, a travé de World View...bastante curioso!)...Bueno.. así que es mágico el cambiar los amortiguadores cada medio año, eh? :)...desde luego, si sobrevives en aquella jungla un par de meses, la DGT te debería regalar puntos a tu regreso a España, :DDD Recuerdo aquellos socabRones... Hace ya 5 años. Eramos dos españolitos con un Fiat Punto alquilado para recorrer 3 días x "la ciudad eterna" y después continuar hacia el sur dirección Sorrento y Nápones..que recuerdos!:)
    En tus lineas, me ha encantado recordar aquellas salidas locas en cada semáforo, mas dignas de Nascar que de una ciudad históricamente adoquinada, el "traquetreo" de las ruedas contra la piedra en aquel caluroso Agosto que te obligaba a abrir las ventanillas en todo momento, el reflejo de las brillantes y resvaladizas piedras al amanecer que tantas buenas fotográrías nos ragaló...

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  2. La verdad es que esta ciudad tiene algo mágico... si yo viviera en el centro sería mejor, pero estoy a las afueras y es más difícil dar un paseo!! gracias por el comentario, un saludo!

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